Diafreo
La Diafreo es una terapia que partiendo del trabajo corporal postural, busca la armonía física, emocional y energética.
Utilizando diferentes técnicas de corrección de la postura consigue que se liberen las tensiones, se regule la respiración y se flexibilice el cuerpo, a la vez que se va afinando la percepción de las sensaciones internas, lo que permite la conexión con la parte de nuestro ser donde reside la sabiduría innata.
Esta técnica de trabajo fue creada por Linda Jent y Malen Cirerol a partir de su trabajo en París con Françoise Mézières (creadora del concepto de cadena muscular), y con Thérèse Bertherat (creadora de la antigimnasia). A este trabajo corporal, le integraron las teorías desarrolladas por Wilhem Reich y Alexander Lowen, entre otros, para entender la relación entre el cuerpo y las emociones.
El objetivo general de la Diafreoterapia es mejorar la postura, el movimiento y la conciencia corporal para lograr equilibrio y bienestar estructural, funcional, energético y emocional, lo que se traduce en un estado de salud integral.
Está especialmente indicada para personas con bloqueos funcionales y dolores posturales, musculares o articulares (contracturas, lumbalgias, fibromialgia, hernias, etc.), así como aquellas personas que quieren profundizar en el conocimiento de sí mismas.
Este trabajo corporal ha demostrado ser efectivo en casos de escoliosis, hiperlordosis, pies planos y en la mejora de otras problemáticas estructurales en adultos y especialmente en adolescentes.
La Diafreo actúa en sesiones individuales o grupales:
Las sesiones individuales parten de una lectura corporal que permitirá al diafreísta localizar los principales bloqueos y determinar qué posturas de estiramiento global son las más indicadas para corregir los desajustes. Además se emplean otras técnicas complementarias como masajes, palpación, estiramiento de fascias, movilizaciones, visualizaciones...
Como principal punto de atención en todas las sesiones están el trabajo con la respiración y el desbloqueo del diafragma, dejando un espacio para la expresión emocional que puede surgir como consecuencia de los desbloqueos experimentados.
Para las sesiones en grupo se trabaja en grupos pequeños, como máximo de 6 personas. Éstas constan habitualmente de varias fases: toma de contacto, estiramiento o movimiento, toma de conciencia e integración, expresión y armonización.
El diafreísta va planteando diferentes propuestas en cada fase (relajación, posturas, estiramientos, visualizaciones, movimientos...) a lo largo de la sesión, observando y prestando ayuda a quien lo necesite. En la última fase, cada participante pone en común las sensaciones vividas durante la sesión, dando oportunidad a dejar salir la expresión emocional retenida en el cuerpo, y que se va liberando gracias a los ejercicios propuestos.